sábado, 26 de febrero de 2011

Sileno, un viejo verde y borracho de la mitología griega.


Pie de foto.Máscara de Sátiro. Museo Capitolino


Sileno
            Sileno es el nombre genérico que en la mitología se da a los sátiros[1] que llegan a la vejez. Pero también recibe este nombre el sátiro que educó a Dionisos, el dios del vino. Poseía una amplia sabiduría pero no la revelaba a los humanos si no era por la fuerza. Era muy feo, con nariz chata, mirada de toro y amplia barriga, representado sobre un asno en el que a duras penas se sostenía ya que casi siempre estaba borracho. Esta es la razón por la que se le emplea para ilustrar el aspecto animal de los hombres cuando se embriagan[2].
            En una ocasión, por culpa de la embriaguez, se apartó del cortejo de Dionisio. Unos campesinos le encadenaron y le llevaron ante el rey Midas. Este rey, que había sido instruido en los misterios de Dionisos, lo reconoció y se ofreció a ayudarlo a reunirse con el séquito del dios. Cuando dieron con él, Dionisio agradecido concedió un deseo a Midas. Este pidió que todo cuanto tocase se transformase en oro. Pasado algún tiempo, cuando el rey se dio cuenta que ni siquiera podía comer, pidió que se le retirase el don[3].
            Sileno ha sido representado en el arte en numerosas ocasiones. Y su nombre ha sido adoptado por algún amante del divino jugo de las viñas de Montilla[4]. Sin embargo a este amante del fino yo lo identifico más con un goliardo que con Sileno.



Pie de foto: Sileno de Pedro Pablo Rubens.
            En palabras del propio Rubens "la borrachera entumece los miembros y el espíritu, según nos cuenta la antigua fábula de Sileno; hace desaparecer el dinero, incita a las ciegas pasiones de Venus y Marte y provoca una muerte prematura".La figura de Sileno ocupa el centro de la composición, acompañado de un amplio cortejo en el que observamos a una anciana con un jarro de vino, varios sátiros, una mujer que dirige su mirada al espectador, un niño con dos cabras y una mujer que amamanta a dos bebés al mismo tiempo, en una postura tremendamente forzada. El dinamismo de la escena es el característico de la pintura del maestro flamenco, ocupando las figuras el primer plano como si de un relieve romano se tratara. La influencia de la escuela veneciana se manifiesta en el interés hacia la luz y el color exhibido por el pintor flamenco. El mensaje de Rubens se dirige hacia el reconocimiento de la predisposición hacia las debilidades como algo humano, que difícilmente se puede dominar en su totalidad, mensaje representado con burlona simpatía[5].


[1] Los sátiros en la mitología griega se les encontraban en montañas y bosques donde  acompañaban a Dionisos en su cortejo. Se representaban mitad hombres, mitad cabras y con cola de caballo. Poseían un desmedido apetito sexual. Los sátiros viejos eran llamados silenos.

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